Foucault, usos en educación

viernes, 11 de enero de 2013

¿Pseudociencia Falsable?



Rebeca Vargas


Doctorado en Ciencias de la Educación 

Universidad Rómulo Gallegos

Facilitador: Dr. Alberto Torres      
Materia: Gestión Investigativa

Sección 5



A través del tiempo el diferenciar entre ciencia y pseudociencia se hace complejo. De hecho, una persona que no se ha formado y leído al respecto puede encontrarse con dificultades a la hora de determinar si una práctica es científica o pseudocientífica. Ambas cosas han coexistido durante milenios, y en muchos casos han estado ligadas a las mismas personas. En 1934 el filósofo Karl Popper escribió La lógica de la investigación científica, el primer libro que exponía una diferencia clara entre lo que es una ciencia y lo que es una pseudociencia. Para Popper, la clave está en la falsabilidad y en el hecho de que las teorías científicas nunca pueden ser verificadas completamente. La idea es así: una afirmación es falsable si es que es posible diseñar un experimento tal que uno de los potenciales resultados de ese experimento es que la afirmación sea falsa. La idea no es compleja, pero se presta a confusión, quizás por el parecido entre las palabras, con la idea de falsedad. ¿Una idea falsable es falsa? No necesariamente, pese a ello, la clave es que puede serlo.

Las prácticas que hoy reconocemos como pseudociencias están apoyadas en afirmaciones no-falsables, y a menudo son sostenidas por personas que prefieren mantener una visión alterada del mundo. Sin embargo, no tiene porque ser así, por ejemplo la astrología no es necesariamente una pseudociencia, ¡ni tampoco tiene por qué serlo la política!; el carácter de pseudociencia no viene dado por el tema sino por las afirmaciones en base a las cuales se construye su estudio. A raíz de esto, tomaré la persistente búsqueda de vida extraterrestre para verla como ciencia o pseudociencia, con un simple cambio de palabras en la afirmación a considerar: ¡hay vida en algún planeta! genera una pseudociencia, ya que no importa cuántos planetas se visite sin encontrar vida, la afirmación continuará sin ser rebatida ya que no necesariamente se refería a ninguno de los planetas ya visitados hasta la fecha, sino que puede ser el siguiente, o el siguiente, o el siguiente… En cambio si modificamos la frase de tal modo que la misma quede así: ¡no hay vida en otro planeta! ya tiene mejores chances de dar origen a una ciencia, pues bastaría que se encontrara vida en un planeta cualquiera para echar por tierra la afirmación. Se trata entonces de una afirmación falsable, y podemos hacer ciencia con ella.

El juego de la ciencia no tiene final. Aquel que decida un día que las hipótesis científicas no necesitan ninguna prueba más y que pueden ser admitidas como definitivamente verificadas, que se retire del juego”.
Karl Popper



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