Foucault, usos en educación

sábado, 28 de noviembre de 2009

LA CONCIENCIA MORAL

CARIDAD FRONTADO*


"La conciencia es el mejor libro moral que tenemos."

(Blas Pascal, s/f)



Para iniciar cualquier estudio acerca de la conciencia moral, se hace necesario definir e interiorizar la definición de ‘conciencia’ y ‘moral’.

A efectos prácticos, la conciencia se refiere a la capacidad que indica qué está bien o mal. Estas valoraciones del instante que acontece, permiten al individuo percibirse a sí mismo como alguien capaz de modificar su entorno o por el contrario como alguien sujeto a unas restricciones que le superan. La conciencia predispone a la persona a actuar de forma equilibrada entre su cosmovisión y los hechos percibidos en el presente.

En un sentido técnico, la conciencia se presenta mediante la red neural que a su vez forma enlaces especializados ante el estimulo del medio, conformando una realidad presente para el individuo, tanto interior como exterior, y de unas valorizaciones asociadas a los elementos constitutivos de esa realidad (Blas Pascal, s/f)

La conciencia es la noción que se tiene de las sensaciones, pensamientos y sentimientos que se experimentan en un momento determinado. Es la comprensión del ambiente que rodea y del mundo interno a los demás.

Se denomina moral o moralidad al conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social determinado que oficia de guía para el obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal, correcto o incorrecto, de una acción o acciones).

La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en relación con la sociedad y consigo mismo.

La conciencia moral consciente es el conocimiento que se tiene o debe tener las normas o reglas morales; es la facultad que permite dar cuenta si la conducta moral es o no es valiosa. Existen dos posiciones fundamentales que explican la naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica.

La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una capacidad propia de la naturaleza humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad para juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es un producto propio de la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido del bien y del mal.

La posición empírica sostiene que la conciencia moral es resultado de la experiencia, es decir, de las exigencias o mandatos de la familia, de la educación o del medio sociocultural en general, por lo que, las ideas morales son de naturaleza social, están determinadas por las condiciones materiales de existencia.

Evidentemente la conciencia moral lleva implícito una conducta moral, que resulta una conducta obligatoria conforme al deber, es decir, el individuo se haya obligado a comportarse de acuerdo a una regla o norma de acción y a evitar los actos prohibidos por ella. La obligatoriedad moral impone deberes al sujeto. Toda norma establece un deber.

El carácter social de la obligación moral, viene dado por las siguientes razones: en primer lugar, existe obligatoriedad moral para un individuo cuando sus decisiones y sus actos afectan a los demás, o a la sociedad entera; en segundo lugar, lo obligatorio de un acto no es algo que el individuo establece, sino que lo encuentra ya establecido, en una sociedad dada u en tercer lugar, las normas morales, no son modificadas por cada individuo, sino que cambian de una sociedad a otra; por tanto el individuo decide y actúa en el marco de una obligatoriedad dada socialmente.


*Estudiante de la Especialidad en Docencia Universitaria (UNERG, Venezuela)

Imagen tomada de http://estivalia.wordpress.com/2007/10/18/el-pensamiento-humano/


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